Todos indignados, todos

Casualidades de la vida, hace muy pocos días escribía por aquí un Post en el que decía que el diario La Razón tarde o temprano se tendría que disculpar con mucha gente. Entre ese grupo, que cada día es más amplio, estaban sus propios empleados.

Pues hoy, una vez más, y con una portada que simplemente es un chiste de si misma, mi gran y querido Paco Marhuenda pone la diana sobre los líderes sindicales estudiantiles. Golfos, vagos, maleantes... Vamos, que desde ese reducto periodístico que supone La Razón, se han quedado agusto.

Ahora bien, navegando un poquito por las entrañas de la Red, ya he visto un caso de un blogger que hace lo mismo con los empleados de La Razón. Si se hace con los Ussía, César Vidal y compañía, pues mire, mala suerte. Pero que curritos de apenas ganan mil euros al mes paguen las consecuencias de su director, no me parece justo.

En fin, creo que al igual que me pasó con Intereconomía hace un tiempo, no merece la pena seguir comentando cosas que hace este diario. Está claro que su público: jubilados reminiscentes de la era franquistas, están muy de acuerdo con todo. Así pues, no creo que merezca ni más crítica, ni más espacio.

El periodismo se desangra por los cuatro costados, y desde La Razón, un diario que a sí mismo se considera serio y de índole nacional, ponen su granito de arena para que, en el plano de contenido, siga esa sangría.