El 5 de octubre del año pasado empecé a ver 'El ala oeste de la Casa Blanca'. Pues bien, hoy, y apenas pasados cuatro meses, me he "tragado" 7 temporadas enteras, una tras otra.
154 capítulos que no me han dejado indiferente, 154 capítulos con sus peculiaridades, 154 pequeñas lecciones sobre política, economía, diplomacia... pero sobre todo, 154 muestras de como las cosas se pueden hacer bien.
En esta entrada me gustaría diferenciar dos cosas. Por un lado la ficción, a la que inevitablemente le tengo que poner un 10. Creo que ha sido la mejor serie que he visto nunca. No tengo ni un pero que ponerle. Buena trama, grandísimos personajes, una historia entretenida... en definitiva, todo lo que debe tener una serie de televisión.
Por otro lado tenemos el aspecto político, pues a fin de cuentas la serie tiene una trama básica y central basada en la polítca. Pues bien, después de cuatro meses he llegado a ciertas conclusiones:
- De la política solo nos enteramos de un 30% de lo que realmente pasa
- El poder y la política son dos aspectos indisociables
- El llegar a ese poder a veces nubla el objetivo real
- Se hace la mitad de lo que se podría hacer si no existiesen absurdas confrontaciones
En definitiva, esta serie más que alejarme de la política y todo su mundo, lo ha hecho ha sido la brindarme la oportunidad de: por un lado conocer un poco más la polítca estadounidense, y por otro, acercarme más a toda la conflictividad que representa dirigir una nación.
Sé que todo lo que sucede en la serie es política-ficcón (a la que tango gusta jugar a veces), pero no obstante, creo que el mensaje es claro: hay una forma distinta de hacer las cosas, se puede hacer mejor. Esa es con la idea que me quedo, y la esperanza de que tarde o temprano hay en este país unos políticos con altura de miras pero con con visión cercana.
154 capítulos que no me han dejado indiferente, 154 capítulos con sus peculiaridades, 154 pequeñas lecciones sobre política, economía, diplomacia... pero sobre todo, 154 muestras de como las cosas se pueden hacer bien.
En esta entrada me gustaría diferenciar dos cosas. Por un lado la ficción, a la que inevitablemente le tengo que poner un 10. Creo que ha sido la mejor serie que he visto nunca. No tengo ni un pero que ponerle. Buena trama, grandísimos personajes, una historia entretenida... en definitiva, todo lo que debe tener una serie de televisión.
Por otro lado tenemos el aspecto político, pues a fin de cuentas la serie tiene una trama básica y central basada en la polítca. Pues bien, después de cuatro meses he llegado a ciertas conclusiones:
- De la política solo nos enteramos de un 30% de lo que realmente pasa
- El poder y la política son dos aspectos indisociables
- El llegar a ese poder a veces nubla el objetivo real
- Se hace la mitad de lo que se podría hacer si no existiesen absurdas confrontaciones
En definitiva, esta serie más que alejarme de la política y todo su mundo, lo ha hecho ha sido la brindarme la oportunidad de: por un lado conocer un poco más la polítca estadounidense, y por otro, acercarme más a toda la conflictividad que representa dirigir una nación.
Sé que todo lo que sucede en la serie es política-ficcón (a la que tango gusta jugar a veces), pero no obstante, creo que el mensaje es claro: hay una forma distinta de hacer las cosas, se puede hacer mejor. Esa es con la idea que me quedo, y la esperanza de que tarde o temprano hay en este país unos políticos con altura de miras pero con con visión cercana.
* Dejo un fragmento de lo que para mí son los mejores minutos de toda la serie. Cuando el Presidente decide presentarse a la reelección.
1 comentarios:
Y ya verás como en nada vuelves a verla. Una vez y otra vez, y otra vez. Coincido contigo en todo lo que has escrito.
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