Las bibliotecas siguen teniendo un encanto especial, y por ello, se antoja necesario de vez cuendo testar cómo se encuentran y qué tipo de usuario es el que en estos momentos tan extraños transita por esos parajes inóspitos.
Ese pequeño viaje me ha llevado a otro tipo de reflexión que nada tiene que ver con las estátitas baldas repletas de libros, revistas y periódicos. Más bien todo lo contrario, con la inmediatez, lo efímero y las redes sociales.
Concretamente, al ver a estos tres venerables señores leyendo sus respectivos periódicos, he pensado en todas esas personas que creen que lo dicho en Twitter es lo que pasa en la sociedad. Que Twitter tiene la llave de la realidad social, el pensamiento, y que el sentir mayoritario de España se vuelca en 140 caracteres.
Haciedo unos pequeños cálculos a ojo de buen cubero, pongamos que en España hay con actividad real entre tres y cuatro millones de cuentas, puesto que las cinco que hay creadas son en muchas ocasiones pura paja. De esas cuentas, y haciendo análisis grosso modo, vamos a situar una media de edad relativamente joven, esto es entre 20 y 40 años. En cuanto a las prestaciones ideológicas y geográficas, cojamos el ángulo de visión español y fijemos gente que vive en zonas urbanas y cuya tendencia es de centro-izquierda.
Con este perfil, que más o menos es el que transita por red, ¿de verdad sirve Twitter para hacerse idea de las cosas? Pues sí. No voy a contradecirme, pero sí es cierto que el flujo de información en la red del pajarito, donde están empresas, los medios de información y demás agentes sociales, sugiere un sentir general de la sociedad, pero ni muchos menos lo que luego sucede en la realidad.
Es lo que denomino "la España silenciosa". Esa gente con voto, pero que por condicionantes de edad y otras peripecias de la vida, no tienen voz. No quiero extrapolar y decir que porque esas personas mayores estuvieran leyendo ABC, La Razón y La Gaceta, todos son iguales, no. Pero tengo la sensación de que la sociedad está muy fragmentada entre los que tienen voz y voto, y así luego nos sorprendemos con ciertos resultados electorales, encuestas y demás.
No se trata de visualizar las dos "españas", solo de poner cada herramienta que nos dan las nuevas tecnologías en su justo alcance. Twitter es una proyección de sombras que casi siempre acierta, pero hay que tener en cuenta que durante bastante años habrá una "España silenciosa" que en algún momento tiene que hablar.
Ese pequeño viaje me ha llevado a otro tipo de reflexión que nada tiene que ver con las estátitas baldas repletas de libros, revistas y periódicos. Más bien todo lo contrario, con la inmediatez, lo efímero y las redes sociales.
Concretamente, al ver a estos tres venerables señores leyendo sus respectivos periódicos, he pensado en todas esas personas que creen que lo dicho en Twitter es lo que pasa en la sociedad. Que Twitter tiene la llave de la realidad social, el pensamiento, y que el sentir mayoritario de España se vuelca en 140 caracteres.
Haciedo unos pequeños cálculos a ojo de buen cubero, pongamos que en España hay con actividad real entre tres y cuatro millones de cuentas, puesto que las cinco que hay creadas son en muchas ocasiones pura paja. De esas cuentas, y haciendo análisis grosso modo, vamos a situar una media de edad relativamente joven, esto es entre 20 y 40 años. En cuanto a las prestaciones ideológicas y geográficas, cojamos el ángulo de visión español y fijemos gente que vive en zonas urbanas y cuya tendencia es de centro-izquierda.
Con este perfil, que más o menos es el que transita por red, ¿de verdad sirve Twitter para hacerse idea de las cosas? Pues sí. No voy a contradecirme, pero sí es cierto que el flujo de información en la red del pajarito, donde están empresas, los medios de información y demás agentes sociales, sugiere un sentir general de la sociedad, pero ni muchos menos lo que luego sucede en la realidad.
Es lo que denomino "la España silenciosa". Esa gente con voto, pero que por condicionantes de edad y otras peripecias de la vida, no tienen voz. No quiero extrapolar y decir que porque esas personas mayores estuvieran leyendo ABC, La Razón y La Gaceta, todos son iguales, no. Pero tengo la sensación de que la sociedad está muy fragmentada entre los que tienen voz y voto, y así luego nos sorprendemos con ciertos resultados electorales, encuestas y demás.
No se trata de visualizar las dos "españas", solo de poner cada herramienta que nos dan las nuevas tecnologías en su justo alcance. Twitter es una proyección de sombras que casi siempre acierta, pero hay que tener en cuenta que durante bastante años habrá una "España silenciosa" que en algún momento tiene que hablar.
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