“Me siento legitimado para liderar el cambio”, así hablaba el triunfador moral, de momento, de las elecciones autonómicas vascas. Pero legitimado también está Basagoiti, si por liderar el cambio entendemos el hecho de ser lehendakari, e incluso la abertzale Aintzane Ezenarro, ya que cualquier diputado está en disposición legítima de asumir el Gobierno. El problema es que este candidato sume los apoyos suficientes.
Para que López sea Lehendakari sólo hay dos vías posibles, ambas generan una incertidumbre política gigántesca. La primera opción, y en la que me centraré, es el acuerdo entre el PSE, el PP Vasco y la incipiente UPyD, en un principio genera dudas por innumerables variables sociales. La primera y más destacable, es que estos partidos políticos son, en España, las dos opciones sociales antagónicas, los dos grandes adversarios irreconciliables.
Parece ser que los conservadores van a apoyar “sin condiciones” a socialdemócratas, pero si no se establecen condiciones para apoyar, de forma lógica, tampoco se establecerán condiciones para retirar el apoyo. Es decir, el PSE tendría un Gobierno monocolor, sí, pero éste estará sometido a los vientos dispares de los asuntos sociales y los políticos, y cuatro años son muchos años para un Gobierno con un apoyo tan estrecho.
En otro caso, si ese acuerdo social se articula en un programa político de Gobierno, en unas condiciones establecidas con precisión, el PP debería entrar también para desarrollar ese programa y eso sería incompatible con la política de alianzas socialistas, más encaminada a gobernar con opciones políticas con pensamiento a su izquierda o de carácter nacionalista periférico.
En resumen, un Gobierno fuerte pero sumido en profundas contradicciones. La segunda opción real de acuerdo en Euskadi sería una alianza entre nacionalistas vascos y socialistas, algo que se prevé inviable, porque ni unos ni otros pretenden renunciar a la presidencia, y porque los nacionalistas creen que 4 años de Gobierno socialista en minoría podría tener un gran desgaste para el PSOE en Euskadi y ellos ser los principales beneficiados, Urkullu cree que puede ser el nuevo Feijóo.
En cualquier caso, la política vasca necesita de generosidad y de “altura de miras” y, parece, que este nuevo proceso lo liderará Patxi López.
Por: J.R.
1 comentarios:
Muy interesante reflexión del Chinfla.
ESPECTACULAR.
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