Ayer, sábado, se dieron lugar en Madrid dos manifestaciones similares pero diferentes. Similares porque ambas manifestaciones congregaron a un cierto número de personas (contabilizadas en una y no el la otra), y diferentes porque una tenía un objetivo claro y único, mientras a la otra le bailaban las ideas y certezas de por qué estaban donde estaban.
¿Cuál es cuál? se preguntará el intrépido y osado lector de este Blog. Pues bien, una es la del número indeterminado de personas asistentes, la del motivo variable y la del objetivo incierto. Es decir, una es la manifestación en contra de la propuesta del Ley del Aborto, o contra el Gobierno, o contra la situación actual... es decir, algo así.
La otra, congregaba en el estadio de fútbol Santiago Bernabeu 79.000 personas para animar al Real Madrid y aplaudir el homenaje al eterno capitán Raúl González Blanco. Esta comparación puede ser tonta, ridícula o llegados al extremo absurda, pero a mí me vale sobre todo para hablar del baile de cifras y objetivos que se dio en el sábado madrileño.
.- Organización 'Hazte oir': 1.500.000 personas
.- Comunidad de Madrid: 1.200.000 personas
.- Policía: 250.000 personas
Esto son datos "oficiales" del número de asistentes, porque luego también tenemos el curioso dato de la Agencia EFE que da una cifra de 55.000 personas.
Algo no cuadra. Pero bueno, es lo de menos. Tenemos el "culo pelado" de este tipo de incertidumbres que rodean cada manifestación o acto popular que se desarrolla en la calle. Pero no por ello hay que dejar pasar la oportunidad para quedarse perplejo ante un baile de cifras que varía en más de un millón de personas. Tremendo. Se te pueden pasar por alto 10.000 o incluso 20.000 personal, pero 1 millón.
La otra cuestión es si cabe más absurda. La foto que encabeza esta entrada muestra a unos manifestantes. De entre ellos me deja bastante ojiplático el hecho de que uno de los osados postadores de pancartas, ES UN NIÑO. ¿A qué jugamos?, ¿en qué piensa un padre cuando expone a su hijo como objeto de protesta política?, ¿estamos locos?
Si un padre lleva a su hijo a ver el fútbol, puede que también esté teniendo algún tipo de conducta reprochable, pero a fin de cuentas se trata de un juego, un deporte, y claro está, de aplaudir a Raúl. Pero un padre que "saca" a su hijo a una manifestación, lo pone en primera línea de objetivo, y encima le jadea para que grite sobre algo que, estoy convencido, desconoce, eso es una barbaridad.
En fin, creo que las personas estamos decididamente empeñadas en perder la cabeza. Aunque intentando poner algo de cordura, me gustaría proponer unas barreras de entrada a las manifestaciones. Es decir, tornos giratorios y esas cosas. Así podríamos contabilizar a la gente y no se dejaría entrar a cualquiera que porte un hijo en brazo y tenga en la cabeza utilizarlo como arma de protesta.
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Foto: elmundo.es
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